El Misterio de las Aguas de la Artiga de Lin: Un Descubrimiento Científico y Natural
Si habéis visitado la Artiga de Lin y su famosa surgencia, los “Guelh deth Joèu”, sabéis que estas aguas han fascinado a generaciones enteras. Su origen ha sido motivo de especulación hasta que una expedición reveló el misterio con un experimento tan ingenioso como arriesgado.
Norbert Casteret, Mimi de Sède, Maria Casse y Madame Casteret madre,en el Plan de Aigualluts con los barriles de fluoresceína (1931). Extraído de www.norbertcasteret.net.
El Enigma del Sumidero de Aigualluts
En la cabecera del Valle de Benasque, la “Cascada de Aigualluts” recibe las aguas provenientes de los glaciares del Aneto y la Maladeta. Sin embargo, estas desaparecen bajo tierra en el sumidero de Aigualluts, una enorme fosa de hasta 70 metros de diámetro y 40 de profundidad. ¿Adónde iban estas aguas? En 1787, el naturalista Ramond Carbonnières sugirió que podrían alimentar el río Garona, vertiendo al Atlántico en lugar de al Mediterráneo. Sin embargo, esta idea permaneció como una hipótesis hasta 1931.
El entorno del Forau de Aigualluts. Donde se observa la cascada de Aigualluts con la Tuca d´Aneto a la derecha y la Tuca d´Aigualluts a la izquierda. Extraida de www.magicospirineos.com
El Experimento de Norbert Casteret
Fue el espeleólogo y geólogo francés Norbert Casteret quien, acompañado de su equipo, su mujer Elisabeth, espeleóloga, la madre de Norbert, dos amigas (Mimi de Sède y Maria Casse) y, algunos pasos más atrás, un “muletier” aragonés transportaba en su caballería los seis barriles de fluoresceína, llevó a cabo un experimento definitivo. En una expedición cuidadosamente planeada, cruzaron el puerto de Benasque con seis barriles de fluoresceína, un colorante potente e inofensivo para la naturaleza. Su misión era comprobar si el agua que desaparecía en Aigualluts reaparecía en la Artiga de Lin, confirmando la teoría de Carbonnières.
Después de verter el colorante en el sumidero, las aguas adquirieron un llamativo tono verde brillante. La vigilancia debía ser constante, y el equipo se dividió en dos: Elisabeth y las dos amigas, denominado el grupo Ésera, que se quedó en Benasque para observar posibles cambios, y el grupo Garona con Norbert y su madre, que emprendió la dura travesía hacia la Artiga de Lin.
El Momento Clave: "¡Le Goueil coule vert!
El viaje no fue sencillo. A las cuatro de la mañana, suena la diana. Comprueban que el agua de la dolina ha recuperado su carácter incoloro y la comitiva se divide en dos: el equipo Ésera—Elisabeth y sus dos amigas—parte hacia el Hospital de Benasque, mientras que el equipo Garona—la madre y Norbert—remontará el camino hacia el Val d’Arán.
En el Col d'Horo, una tormenta de viento y lluvia les envuelve. En otras circunstancias, habrían retrocedido, pero la necesidad de cruzar es absoluta.
Llegan a la Artiga. Avanzan con atención, buscando la cascada que, aunque cercana, permanece oculta tras los pinos y las hayas. De repente, entre las sombras verdes del bosque, distingue parte de la enorme surgencia. El impacto es inmediato: **¡Le Goueil coule vert!**
Se adelantó, ansioso por ver mejor. Contemplo la fuente con avidez mientras una tormenta de pensamientos le inunda: la fuente del Garona está en la Maladeta.
La emoción le desborda. Ríe solo, da media vuelta y echa a correr. No tardo en llegar a la cabaña, donde su madre espera. Apenas recupera el aliento antes de proclamar con júbilo:
¡Le Goueil coule vert! ¡Le Goueil coule vert!
Mientras tanto, en Benasque, el equipo Ésera verificaba que el agua allí permanecía incolora, reforzando la evidencia de que las aguas del sumidero no fluían hacia el Ésera, sino al Garona. El experimento había sido un éxito absoluto. Días más tarde, el agua verde llegó hasta Saint-Béat, a 40 kilómetros de distancia, disipando cualquier duda.
Las aguas aparecen de nuevo, como por arte de magia, en Uelhs deth Joeu – Valle de Arán. Fotos del autor.
Un Descubrimiento que Perdura
Este fascinante fenómeno geológico sigue asombrando a científicos y visitantes por igual. La conexión entre Aigualluts y el Garona, oculta bajo las montañas, es una de las maravillas naturales más impresionantes del Pirineo. Incluso la escritora Luz Gabás lo menciona en su novela “Palmeras en la Nieve”, resaltando su importancia histórica y científica.
La próxima vez que visitéis la Artiga de Lin, recordad la aventura de Casteret y cómo, gracias a su ingenio y pasión por la exploración, podemos comprender mejor los misterios del agua y la geología de estas montañas.
@esqui_ando_con_tonho
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